

Mensajes de 2
Año 2016
Mensajes del 2º del año 2016 encomendados a Mirjana Soldo
Mensaje del 2 de enero de 2016
"¡Queridos niños! Como madre, estoy feliz de estar contigo porque quiero volver a hablarte de las palabras de mi Hijo y de su amor. Espero que me acoja con su corazón porque las palabras de mi Hijo y su amor son la única luz y esperanza en las tinieblas de hoy. Esta es la única verdad, y ustedes que la van a acoger y vivir, tendrán un corazón puro y humilde. Mi Hijo ama a los puros y humildes. Los corazones puros y humildes dan vida a las palabras de mi Hijo, las viven, las difunden y hacen que todos las escuchen. Las palabras de mi Hijo dan vida a quienes las escuchan, las palabras de mi Hijo restauran el amor y la esperanza. Por tanto, mis amados apóstoles, hijos míos, vivan las palabras de mi Hijo. Amaos los unos a los otros como él os amó. Ámate a ti mismo en su nombre y en memoria de él. La Iglesia progresa y crece gracias a los que escuchan las palabras de mi Hijo, gracias a los que aman, gracias a los que sufren y soportan en silencio la esperanza de la redención final. Mis queridos hijos, que las palabras de mi Hijo y su amor sean el primer y último pensamiento de vuestro día. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de febrero de 2016
“Queridos hijos, los he llamado y los vuelvo a llamar a conocer a mi Hijo, a conocer la verdad. Estoy contigo y rezo para que llegues allí. Hijos míos, debéis orar mucho para tener tanto amor y paciencia como sea posible, saber soportar el sacrificio y ser pobres de espíritu. Por el Espíritu Santo, mi Hijo está siempre contigo. Su Iglesia nace en todo corazón que lo conoce. Reza para poder conocer a mi Hijo, reza para que tu alma sea una cosa con Él. Esta es la oración, este es el amor que atrae a los demás y los convierte en mis apóstoles. Te miro con amor, un amor maternal. Te conozco, conozco tus dolores y tus aflicciones, porque yo también he sufrido en silencio. Mi fe me dio amor y esperanza. Os lo repito: la Resurrección de mi Hijo y mi Asunción al Cielo son esperanza y amor para vosotros. Por eso, hijos míos, oren para conocer la verdad, para tener una fe firme que guíe su corazón y sepa transformar sus dolores y sus sufrimientos en amor y esperanza. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de marzo de 2016
“Queridos hijos, mi venida entre ustedes es un regalo del Padre Celestial para ustedes. A través de su amor vengo a ayudarlos a encontrar el camino a la verdad, el camino a mi Hijo. Vengo a confirmarte la verdad. Quiero recordarles las Palabras de mi Hijo. Habló palabras de salvación para todo el mundo, palabras de amor para todos; amor que demostró con su sacrificio. Pero aún hoy, muchos de mis hijos no lo conocen, no quieren conocerlo, le son indiferentes. Debido a su indiferencia, me duele mucho el corazón. Mi Hijo siempre ha estado en el Padre. Al nacer en el mundo, trajo lo divino y de mí recibió lo humano. Con él vino la Palabra entre nosotros. Con él vino la luz del mundo que penetra los corazones, los ilumina, los llena de amor y consuelo. Hijos míos, todos los que aman a mi Hijo pueden verlo, porque su rostro se ve a través de las almas de quienes están llenos de amor por él. Por tanto, hijos míos, apóstoles míos, escúchenme. ¡Abandona la vanidad y el egoísmo! ¡No vivas solo por lo terrenal, material! ¡Ama a mi Hijo y deja que otros vean su rostro a través de tu amor por él! Te ayudaré a conocerlo mucho más. Te hablaré de él. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de abril de 2016
“Queridos hijos, ¡que vuestros corazones no se endurezcan, se cierren ni se llenen de miedo! Deja que mi amor maternal los ilumine y los llene de amor y esperanza para que, como madre, pueda aliviar tus dolores porque los conozco, los he experimentado. El dolor es edificante y esa es la oración más grande. Mi Hijo ama de manera especial a quienes experimentan dolor. Me envió para suavizarlos y darte esperanza. Confia en el. Sé que es difícil para ti porque a tu alrededor ves cada vez más oscuridad. Hijos míos, deben ser expulsados con oración y amor. El que ora y ama no tiene miedo, tiene esperanza y amor misericordioso; ve la luz, ve a mi Hijo. Como apóstoles míos, los llamo: traten de ser ejemplos de amor misericordioso y esperanza. Ore de una manera siempre nueva para tener tanto amor como sea posible, porque el amor misericordioso trae la luz que disipa toda oscuridad, trae a mi Hijo. No tengas miedo, no estás solo, yo estoy contigo. Los invito a orar por sus pastores, para que en todo momento tengan amor y trabajen con amor, por mi Hijo, por Él y en memoria de Él. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de mayo de 2016
“Queridos hijos, mi corazón maternal desea su verdadera conversión, así como una fe fuerte para que puedan difundir el amor y la paz a todos los que los rodean. Pero, queridos hijos, no olviden que cada uno de ustedes es un universo único ante el Padre Celestial. Por lo tanto, permita que la acción incesante del Espíritu Santo obre en usted. Sean mis hijos espiritualmente limpios. En la espiritualidad está la belleza. Todo lo espiritual está vivo y es muy hermoso. No olviden que, en la Eucaristía, que es el corazón de la fe, mi Hijo está siempre con ustedes. Él viene a ustedes y parte el pan con ustedes porque, hijos míos, es por ustedes que murió y resucitó, y que volverá. Estas palabras te son conocidas porque son verdad y la verdad no cambia. Pero muchos de mis hijos lo han olvidado. Hijos míos, mis palabras no son viejas ni nuevas, son eternas. Por eso los invito, queridos hijos, a mirar de cerca los signos de los tiempos, a "acoger las cruces rotas" ya ser apóstoles de la Revelación. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de junio de 2016
“Queridos hijos, como Madre de la Iglesia y Madre vuestra, sonrío al veros venir a mí, reuniros a mi alrededor y buscarme. Mis visitas entre ustedes prueban cuánto los ama el cielo: Estos les muestran el camino a la vida eterna, a la salvación. Mis apóstoles, ustedes que buscan tener un corazón puro y mi Hijo en el interior, están en el camino correcto. Tú que estás buscando a mi Hijo, estás buscando el camino correcto. Dejó muchas señales de su amor. Dejó la esperanza. Es fácil encontrarlo si estás listo para el sacrificio y la penitencia, si tienes paciencia, misericordia y amor al prójimo. Muchos de mis hijos no pueden ver ni oír porque no quieren. No acogen mis palabras ni mis obras, pero mi Hijo, a través de mí, llama a todos. Su Espíritu ilumina a todos mis hijos con la luz del Padre Celestial, en la comunión del cielo y la tierra, en amor recíproco; porque el amor pide amor y hace que las acciones sean más importantes que las palabras. Por eso, apóstoles míos, oren por su Iglesia, amenla y hagan actos de amor. A pesar de que está traicionada y herida, está ahí porque proviene del Padre Celestial. Rezad por vuestros pastores, para que vean en ellos la grandeza del amor de mi Hijo. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de julio de 2016
“Queridos hijos, mi presencia, real y viva entre vosotros, debe haceros felices porque es el gran amor de mi Hijo. Me envía a ti para que, por mi amor maternal, te conceda seguridad; para que comprendas que el dolor y la alegría, el sufrimiento y el amor, hacen vivir intensamente tu alma, para que te invito nuevamente a celebrar el Corazón de Jesús, el corazón de la fe, la Eucaristía. Mi Hijo, día a día, durante siglos, vuelve vivo a ti; vuelve a ti sin haberte dejado nunca. Cuando uno de ustedes regresa a Él, hijos míos, mi corazón maternal se estremece de alegría. Por eso, queridos hijos, regresen a la Eucaristía, regresen a mi Hijo. El camino hacia mi Hijo es difícil, lleno de renuncias, pero al final siempre hay luz. Entiendo tus dolores y tristezas, y a través de mi amor maternal, limpio tus lágrimas. Confía en mi Hijo porque él hará por ti lo que ni siquiera podrías pedir. Ustedes, hijos míos, tienen que preocuparse solo por su alma porque es lo único que les pertenece en esta tierra. Es a ella a quien llevarás, sucia o limpia, ante el Padre Celestial. Recuerda que el amor a mi Hijo siempre es recompensado. Oro para que recen de una manera especial por aquellos a quienes mi Hijo ha llamado a vivir según él y amar a su rebaño. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de agosto de 2016
“Queridos hijos, he venido a ustedes, en medio de ustedes, para que me comuniquen sus inquietudes, que las ofrezca a mi Hijo y que interceda ante Él por su bien. Sé que cada uno tiene sus propias preocupaciones, sus propias pruebas. Por eso, maternalmente, los invito a venir a la Mesa de mi Hijo. Él parte el Pan por ti, se entrega a ti, te da esperanza, espera más fe, esperanza y serenidad de ti. Él espera que luches interiormente contra el egoísmo, los juicios y las debilidades humanas. Por eso, como Madre, les digo: ¡Oren! Porque la oración te da fuerza para la lucha interior. Mi Hijo, cuando era pequeño, me decía a menudo que muchos me amarían y me llamarían “madre”. Sí, aquí entre ustedes siento el amor. Gracias ! Con este amor, le pido a mi Hijo que ninguno de ustedes, hijos míos, regrese a casa como él vino; Oro para que tomes tanta esperanza como puedas, tanta misericordia y tanto amor; para que puedan ser mis apóstoles del amor que darán testimonio con sus vidas de que el Padre Celestial es fuente de vida y no de muerte. Queridos hijos, una vez más los invito maternalmente a orar por los que mi Hijo ha elegido, por sus manos benditas, por sus pastores, para que puedan proclamar a mi Hijo con el mayor amor posible y hacerlo conversiones. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de septiembre de 2016
“Queridos hijos, por la voluntad de mi Hijo y por mi amor maternal, vengo a ustedes, hijos míos, y especialmente a aquellos que aún no han conocido el amor de mi Hijo. Vengo a ustedes que piensan en mí, que recurren a mí. Te doy mi amor maternal y te traigo la bendición de mi Hijo. ¿Tienes un corazón puro y abierto? ¿Ves los dones, los signos de mi presencia visible y de mi amor? Hijos míos, en su vida terrena, inspírense en mi ejemplo. Mi vida ha sido dolor, silencio, fe desenfrenada y confianza en el Padre Celestial. Nada se debe al azar. Ni dolor, ni alegría, ni sufrimiento, ni amor. Todas estas gracias son las que os concede mi Hijo y que os conducen a la vida eterna. Mi Hijo espera de ustedes amor y oración en Él. Amar y orar en Él significa - como Madre les enseñaré - orar en el silencio del alma y no solo recitar con la punta de los labios. Es incluso el gesto hermoso más pequeño hecho en nombre de mi Hijo. Es paciencia, misericordia, aceptación del sufrimiento y el sacrificio que se hace por los demás. Hijos míos, mi Hijo los está mirando. Ore para que usted también pueda ver su rostro y que su rostro se le pueda revelar. Hijos míos, les revelo la verdad única y pura. Rezad para poder comprenderlo y poder difundir el amor y la esperanza, para poder ser apóstoles de mi amor. Mi corazón maternal ama a los pastores de una manera especial. Ore por sus manos benditas. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de octubre de 2016
"¡Queridos niños! El Espíritu Santo, a través del Padre Celestial, me hizo la madre, la madre de Jesús, y por este mismo hecho, tu madre. Por eso vengo a escucharte para abrirte mis brazos maternos, para entregarte mi corazón y para llamarte a quedarte conmigo, porque desde lo alto de la Cruz, mi Hijo te ha confiado a mí. Lamentablemente, muchos de mis hijos no han conocido el amor de mi Hijo, muchos no quieren conocerlo. ¡Oh, hijos míos, cuánto daño hacen los que tienen que ver o interpretar para creer! Por eso, hijos míos, apóstoles míos, en el silencio de su corazón, escuchen la voz de mi Hijo para que su corazón sea su hogar, para que no sea ni oscuro ni triste, sino iluminado por la luz de mi hijo. Busque la esperanza con fe, porque la fe es la vida del alma. ¡Te vuelvo a llamar, reza! Ore para que pueda vivir la fe con humildad, paz mental e iluminado por la luz. Hijos míos, no traten de entender todo enseguida, porque yo tampoco lo he entendido todo; pero amé y creí en las divinas palabras que dijo mi Hijo. El que fue la primera Luz y el comienzo de la Redención. Apóstoles de mi amor, ustedes que oran, sacrifíquense, amen y no juzguen, pero vayan y difundan la verdad, las palabras de mi Hijo, el Evangelio, porque ustedes son el evangelio vivo, son los rayos de luz. de mi Hijo. Mi Hijo y yo estaremos contigo, te animaremos y te probaremos. Hijos míos, pidan siempre la bendición de aquellos, y sólo de aquellos cuyas manos han sido bendecidas por mi Hijo, sus pastores. Os agradezco. "
Mensaje del 2 de noviembre de 2016
"¡Queridos niños! Venir a ti y darte a conocer es una gran alegría para mi corazón maternal. Es el regalo de mi Hijo para ti y para los que vendrán. Como madre, te llamo a amar a mi Hijo más que a nada. Para amarlo con todo tu corazón, tienes que llegar a conocerlo. Lo conocerás a través de la oración. ¡Ore con su corazón y con sus sentimientos! Orar significa pensar en Su amor y Su sacrificio. Orar significa amar, dar, sufrir y ofrecer. Hijos míos, los llamo a ser apóstoles de la oración y del amor. Hijos míos, este es un momento de vigilia. En esta vigilia los invito a la oración, al amor y a la confianza. Cuando mi Hijo mira en vuestros corazones, mi corazón maternal desea ver en ellos confianza y amor incondicionales. El amor unido de mis apóstoles vivirá, vencerá y expondrá el mal. Hijos míos, yo era el cáliz del Dios Hombre; Yo era el instrumento de Dios. Por eso los llamo, apóstoles míos, a ser los cálices del amor verdadero y puro de mi Hijo. Los llamo a ser los instrumentos por los cuales todos aquellos que aún no han conocido el amor de Dios, que nunca han amado, puedan comprender, aceptar y ser salvos. Gracias hijos míos. "
Mensaje del 2 de diciembre de 2016
“Queridos hijos, mi corazón maternal llora cuando veo lo que hacen mis hijos. Los pecados se multiplican; la pureza del alma es de menor importancia; mi Hijo es olvidado, cada vez menos honrado, y mis hijos son perseguidos. ¡Por eso ustedes, hijos míos, apóstoles de mi amor, en su alma y en su corazón invocan el nombre de mi Hijo! Él tendrá palabras de luz para ti. Se te manifiesta, parte el pan contigo y te da palabras de amor para que las transformes en actos de misericordia y para que seas testigos de la verdad. Por eso, queridos hijos, ¡no tengáis miedo! Permite que mi Hijo esté en ti. Él te usará para sanar a los heridos y convertir las almas perdidas. Por eso, queridos hijos, regresen al rezo del rosario. Reza el rosario con sentimientos de bondad, sacrificio y misericordia. Ore no solo con palabras sino con actos de misericordia. Ore con amor por todos los hombres. Mi Hijo exaltó el amor con su sacrificio. Por tanto, vive con Él para tener fuerza y esperanza, para tener el amor que es vida y que conduce a la Vida Eterna. Gracias al amor de Dios, yo también estoy contigo y, a través de mi amor maternal, te guiaré. ¡Os agradezco! "