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Cuarto Misterio Glorioso:
La Asunción de María (Lucas 1, 46-55)
Entonces María dijo: “¡Mi alma exalta al Señor, mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador! Se inclinó sobre su humilde sirviente; desde ahora todas las edades me llamarán bienaventurada. El Todopoderoso ha hecho maravillas en mí; ¡Santo es su nombre! Su misericordia se extiende de época en época sobre los que le temen. Desplegando la fuerza de su brazo, dispersa los soberbios. Derriba a los poderosos de sus tronos, levanta a los humildes. Él llena de bienes a los hambrientos, despide a los ricos con las manos vacías. Él levanta a Israel su siervo, se acuerda de su amor, la promesa que hizo a nuestros padres, en nombre de Abraham y de su descendencia para siempre. "
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